domingo, 27 de enero de 2013

Capítulo 2

*Nota: Este capítulo está escrito por Anna Zhuravel y Lorena Martín a medias, si quieres saber más sobre las autoras pincha en sus nombres*



Otra vez las 6:15. ¿Qué hago despierta de nuevo a estas horas? 

Ya son varias semanas en las que me despierto igual, después de una pesadilla que se repite casi todos los días. Pero cuando intento recordar algo, es como si me hubieran borrado la memoria. Tengo un único recuerdo, y es un nombre que ronda por mi mente durante el día, Jared.
Empiezo con la misma rutina de todos los días, hasta que tras un tiempo decido que es hora de visitar a Eric. 

Eric es el dueño de una cafetería que está a tres manzanas de mi casa, pero también es mi mejor amigo desde que los dos teníamos cinco años, lo hemos compartido casi todo. Hasta que dejó la universidad para montar su propio negocio, desde entonces soy su clienta habitual.
Tras desayunar en la agradable compañía de mi mejor amigo y su novia, Tessa, me dirijo a la parada del autobús. 

Como siempre mi mente intenta buscar la explicación a mis sueños que luego nunca logro recordar. ¿Tendrán mis sueños algo que ver con la realidad? ¿O solo son productos de mi imaginación? ¿Me estaré volviendo loca? 

Un pensamiento invade rápidamente mi mente. Mi vida había dado un giro bastante brusco desde que Izzy se fue a Nueva York. Era como una hermana que nunca tuve. La verdad es que la echo mucho de menos, seguro que ella podría ayudarme con esto.
El día había sido demasiado largo para mi gusto, y cuando aterrizo en mi calle tras bajar del autobús, siento un gran alivio. 

Oscurecía. El vecindario era muy tranquilo, pero entre las sombras pude percibir algo o alguien. No estoy segura, pero es extraño, es como si sintiera una mirada recorriendo mi cuerpo, observando cada paso.

Camino rápido, intentando llegar lo antes posible a la relativa seguridad de mi casa. Nunca me había fijado en lo larga que es esta calle. ¿Por qué el autobús me tendrá que dejar justo en el extremo opuesto a donde vivo? 

Percibo una sombra por el rabillo del ojo y mi corazón acelera. Ando aún más rápido, casi corro, y agradezco el no llevar tacones. Todo está inusualmente silencioso, aún siendo todavía las cinco. Hay pocas horas de luz en Kentwood. Amanece casi a las ocho y a esta hora ya está oscuro. Se puede decir que los habitantes de aquí hemos desarrollado visión nocturna, ya que no interrumpimos nuestras actividades por la falta de luz. Y eso es lo que más me llama la atención hoy. 

Escruto mi alrededor, consciente todavía de esa presencia, buscando algún rastro de vida. El estar sola en esta calle me pone un poco nerviosa. Un poco. No soy una chica indefensa, a diferencia de otros de mi edad, yo me he interesado en aprender técnicas de defensas básicas. Y el spray de pimienta que tengo en el bolso no me fallará. 

Todavía voy por la mitad de la calle, y cada paso que doy resuena en mi mente. Tal vez me esté volviendo paranoica. Quizás la sombra que vi era un vecino tomando el aire, y esa sensación de que me siguen es producto de la falta de sueño. Pero no voy a volverme para comprobarlo. No soy tan tonta como para creer que si me doy la vuelta aparecerá aquel que me sigue y me atacará, no sería lógico. Es más fácil atacar por la espalda, de sorpresa. 

Aún así, no me pienso girar, porque sé que no esclareceré nada con ello. Bueno sí, que a mi espalda también está oscuro, un gran descubrimiento. Además, si me siguen de verdad, imagino como se reiría viéndome escudriñar la oscuridad sin ser capaz de verlo aún estando delante de mis ojos. No pienso darle el gusto. 

Un ruido a mi espalda interrumpe mis irónicos pensamientos y, aún con todos mis propósitos de no hacerlo, paro en seco y me giro, buscando su origen. De entre los coches, donde yo aproximo que se ha producido el sonido, veo una sombra. Un gato. Suelto el aire. Inconscientemente, había dejado de respirar. Me reprendo interiormente por tan excesiva preocupación. Definitivamente, estoy paranoica. 

Por fin llego a mi casa. Mientras busco las llaves, me pregunto por enésima vez en los últimos cinco eternos minutos cómo pude mudarme a una calle tan interminablemente larga. Entro y, antes de cerrar, miro por última vez al exterior. El reflejo de unos ojos color miel se graba en mi mente. Cierro la puerta sin perder un segundo y me dejo caer en ella, intentando tranquilizarme. 

Después de un rato, quizás unos segundos, quizás una hora, me doy por vencida. Voy a la cocina y me preparo una tila. Al terminarla, ya más tranquila, me dirijo a mi despacho. Acabo el trabajo que tengo pendiente, contesto algunos mensajes, veo las novedades de la red y lo apago. Aunque es temprano, ya tengo sueño, así que me ducho, me pongo el pijama y me voy a dormir, aun sin haber cenado. No tengo hambre. 

Me tiro en mi cama de matrimonio, cansada y apoyo mi cabeza en la almohada de plumas, pero noto algo en ella. Me incorporo y encuentro un papel con caligrafía elegante y unas palabras que paran mi corazón. 

<<No tengas miedo.     
       No voy a hacerte daño>> 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Capítulo 1.


Para saber más sobre esta autora pincha AQUI

1

Soy un demonio. Soy frío. Soy un asesino. Soy un sicario.

Eso es lo que soy. No me arrepiento de ello, lo veo como algo bastante natural tanto como matar. No es algo tan malo. Traumatizante al principio, frío al final. No sientes nada. Únicamente necesitas ejercer un poco de presión en el gatillo de la pistola y ella sola hará el resto. Quizás es el momento de los novatos, se ven obligados a enfrentarse contra su conciencia dudando si apretarlo o no apretarlo. Yo no soy una excepción, también dude la primera vez, pero una vez que lo hice mi conciencia no volvió a ser un problema. Seguramente el alcohol me ayudo bastante a soportar la primera noche.
Aquel bar lleno de hermosas damas eran una buena distracción y el vaso de vodka de mi mano aun más. Las damiselas se acercaban a mí y me susurraban como bellas gatitas al oído cosas que mejor no mencionar. Me preguntaban mi nombre, me llamaban amo. Me sentía deseado como todo hombre en aquella situación, tampoco resultaba especialmente difícil dejarse llevar por el deseo. Yo, en cambio, les susurraba mi nombre, pero ninguna entendía. Un juego muy difícil para esas mininas lindas.

- <<Joya divina, ¿cuál es tu profecía?
Alma eterna, te veo cada noche caminos.
Reina de mis sueños vuelve ya.
Esperando por ti llevo meses ya.
De modo no me hagas más esperar.>>

Incomprendido como era, deje de hablar y comencé a actuar.
Fue una noche agridulce. Memoria y actuación entrelazadas, mala combinación.

Esta noche también había sido agridulce. La preocupación me había impedido descansar como debía. No la conseguía encontrar. Dichosa, ¿cómo se las apañaba para esconderse de mí? Yo, el Gran Sicario, de los mejores en mi clase, no conseguía encontrar a una pequeñita criatura que me aseguraría la vida.
Pero, poco quedaba para que la encontrara. El cerco se iba cerrando cada vez más.
No pude disimular una sonrisa ante este pensamiento.
Sí, la encontraré y salvaré mi vida. Puede que hasta me plantee otras cuestiones.
- Esas señoritas estaban muy animadas está noche, ¿no?
Mire hacía delante. Tormento 2 estaba al acecho ¿No podía dejarme en paz ni siquiera una noche?
-No deberías frecuentar estos sitios, perjudicaran tu imagen.
- ¿Desde cuando nos importa nuestra imagen?
- Desde que yo estoy aquí- respondió sonriendo como si hubiera descubierto una gran verdad.
- Con algo me tendré que desahogar. Además de este método todos salimos ganando.
- Hay otras formas...Como encontrarla.
Eso me cabreó, pero solo pude sonreír. Dejarlo a medias de la conversación era lo mejor que podía hacer.
-Ahora voy a Kentwood, por allí al parecer hay algo.
- ¿No irás antes al Pentágono? Te están esperando hace días.
- No es a mí a quién esperan.
- Cierto, pero al menos deberías presentarte.
- No tengo por qué. No creo que les interese perder a alguien compatible con su gran raza de alfas.
- No eres el único compatible con ella.
Me gire y lo miré a los ojos. No parecían muy amigables y menos amigable debí parecer yo al contestarle:
- Es mía. Me la asignaron a mí y me pertenece.
- Las cosas siempre pueden cambiar no lo olvides.
- Busca a tu asignación- fue lo ultimo que le dije antes de salir de aquel callejón.
No me gustaba la competencia, nunca me ha gustado. Prefería hacer las cosas tranquilamente, sin prisas. Pero ahora me presionaban, querían que la encontrara ya. Eso iba a hacer porque tenía una corazonada. Ya sabía donde estaba.
Había encontrado a mi presa.

jueves, 18 de octubre de 2012

La sinopsis.

Hola, soy Marian , una de las autoras. Me ha tocado escribir la sinopsis de como hacer una bola de queso relleno de gominolas. ¡Os la dejo a continuación! (¡No intentéis hacer esto en casa!)
                      





 SINOPSIS


-Y aquí es donde nos despedimos. Te veré allí arriba.- sonrió dulcemente.
Asustada vi como se aproximada rápidamente. Cerré los ojos y apreté su mano aun con más fuerza.
Este sería nuestro adiós en este mundo, pero nos veríamos arriba de eso estaba segura.
Entonces comprendí lo que nunca entendí, sus palabras:
`` -Yo no sé quien eres y tú no sabes quien soy y con eso es suficiente.´´

                                                                                                           A.S.


¿Quién lo diría? ¿Tú lo habrías creído posible? No, nadie, todos habrían preferido la muerte antes que la vida. No era lógico. Sin embargo, míranos. Aquí estamos ambos juntos preparados para despedirnos de todo lo que conocemos.
No todo lo que hacemos es por egoísmo, mas bien, llámalo necesidad. Los humanos somos egoístas por naturaleza, es nuestro salvavidas para sobrevivir en este mundo, pero, por una vez, he decidido soltar ese salvavidas que me ataba a la vida. Tonta y estúpidamente, lo he hecho y ahora en este mismo momento no me siento entupido sino todo lo contrario. Por primera vez en mi vida me siento pleno y feliz. Es cierto, no te lo voy a negar, tengo miedo, muchísimo miedo ante lo que va a ocurrir dentro de un segundo, pero aun así sé que todo esta bien, tal y como debía estar un principio. Y aquí amigo mío, enemigo mío, te digo adiós. Te equivocabas, Zacarías.
                                                                                                              J.D.

viernes, 14 de septiembre de 2012

El comienzo.



Todo tienen un comienzo y dado que esta es una historia complicada: Hemos acordado hacer un prefacio que será publicado como 'presinopsis'. Es decir, la sinopsis irá después del prefacio que hemos querido poner a cambio del prólogo, ya que esta novela no tiene segunda parte. 
Para hacer a los lectores más cómoda la lectura de la novela, hemos aplicado algunos métodos que actualmente se están usando en la escrituras modernas, y es: La doble historia. Se trata de una historia donde dos personajes hacen trayectorias diferentes y otra cosa peculiar es que no escribiremos en tercera persona, -Como se suele hacer cuando hay más de un personaje principal- sino en primera.
También hay que destacar la importancia que tiene que leáis la pequeña nota que iremos dejando a cada capítulo, ya que en ella tendrá costancia quién de las cinco escribió el capítulo.
Gracias por leer y que disfruten del prefacio AQUÍ

Carla.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Bluehost